Esta noche, en la intimidad y en la magia del club, nuestra amiga "revortosa" nos regaló un recitado con algunos de sus poemas más hermosos. Vaya una muestra...
Por donde empiezas
Ya puede ser el día luminoso
o gris, pero amanece cada día,
y ni la plenitud del mediodía
le da luz a mi rostro; es angustioso.
Mi día es viejo, es triste, es andrajoso;
mi cuerpo es un desmayo; te diría,
que sólo encierra mi melancolía
hasta que empiezas, hombre, deseoso.
Por donde empiezas, donde te terminas,
todo mi cuerpo invades, contaminas
los poros de mi piel aletargada.
Donde terminas, y por donde empiezas,
vas haciendo algodón mis asperezas
y me consume, amor, tu llamarada.
Desde mi casa
Desde mi casa, desde sus rincones,
entre sus recovecos más humanos,
viven mis sentimientos más gitanos
y te dedican todas sus canciones.
Desde el salón y mis habitaciones,
quise abrir un camino a tus lejanos
ojos, y recorrerlo hacia tus manos;
un atajo sin más, sin condiciones.
Pero en tu voz no había sentimiento
y no pude seguir el movimiento
de la canción de amor que tarareo.
Tú tan distante y yo, te quiero tanto,
que ni puedo dormir, ni me levanto,
y todavía lloro si te veo.
Echo de menos
Has dicho adiós, has dicho que volvías
¡y estás tardando tanto... !. Echo de menos
como corren tus manos por mis senos
y por mis noches y mis mediodías.
En mi desván de amor dejas vacías
todas las arcas de los ratos buenos;
llénamelas que quiero tus serenos
labios de sexo en las estanterías.
Has de pasar por todos mis rincones:
tengo un cajón abierto y escondido
me suena el corazón a trompicones.
Búscame más, encuentra mi cadera
y descubre su luz porque ha elegido
ir a tu voz rotunda y verdadera.
Desde el infierno
Hoy probarás mi fuego más interno:
podrás contar los miles de arañazos
que me dejaron todos tus abrazos
y tus promesas de cariño eterno.
Para corresponder tu amor tan tierno:
voy a romper tu oido a latigazos
y a desmembrar tu imagen con hachazos;
Hoy te hablaré de amor desde el infierno.
Hoy te hablaré de todos esos días
que me sentía tan necesitada;
Tú lo sabías pero te reías.
Hoy se me escapa a mi la carcajada:
cuanto más grandes son tus agonías
es mi boca más cruel y despiadada.
