12 poemas para 12 meses

Esperamos que 2012 sea una vez más un año de poesía, y por ello Club de poetas pone a la venta su calendario, no sin felicitar el año a todo aquél que se deje caer por el club y al que no. Haceos con el vuestro en nuestro contacto de ventas donde aclararán todas vuestras dudas.

lunes, 24 de mayo de 2010

BRISSA


¡Cómo ha pasado el tiempo!

¡Cómo ha pasado el tiempo!
Qué lejos queda aquel de los abrazos,
cuando el aire parecía de fuego
al contacto con los labios,
y era la piel del otro
el único vestido deseado.

¡Cómo ha pasado el tiempo!,
Los días parecieran años,
desde que se quebraron nuestros versos
y buscaron excusas nuestras manos.

Desde la perspectiva del olvido,
o la del desencanto,
pienso que nada fue tan importante.
A menudo acostumbramos
a ponernos solemnes en exceso.

Al fin y al cabo,
no es preciso mostrarse tan severos
que no fue tanto el daño.

¡Cómo ha pasado el tiempo!,
Ya el otoño va tejiendo su manto
de marrones y ocres,
y es que el tiempo va sumando
aunque nosotros hayamos dividido.

A veces, todavía pasan aleteando
recuerdos deshilachados, risas,
miradas, “aquel día cuando….”
más solo es una trampa de la noche,
o de la soledad, que va trazando
campos de confusión, mares de dudas.

Tras el tiempo pasado, todo se ve más nítido.
Quizás entonces soñamos estar enamorados.
Enamorarse es un juego divertido.
Tal vez fue así…
¡Cuánto tiempo ha pasado!


/>Nos vemos en la próxima parada
El río siempre vuelve al mismo sitio
Y nunca te devuelve el mismo agua
(El baúl de los recuerdos- Coti)


Pronto el verano se ausentará
llevándose el sabor a sal y arena,
las auroras sonrosadas,
las siestas cálidas
los vivos atardeceres,
y las noches en duermevela,
como aquélla
en que ardieron mi naves.
Irán enmudeciendo
los ruidos de la noche, y las calles
nuevamente se tornarán formales,
sobrias, e incluso taciturnas.
También se irán aquellos días
que le sobraron a mi ayer,
tras los que mi presente
echó el cierre.
Nuevamente el otoño
teñirá de ocres la campiña;
salpicará de gotas frías
el empedrado irregular de las calles,
y vestirá de grises los despertares.
Y tal y como dice la canción,
tal vez nos encontremos en la misma parada,
pero, como es sabido, aunque el río
retorne hasta la misma fuente,
jamás devolverá la misma agua.



Cuántas letras que se quedaron sueltas
sin remedio.
Cuánta vida que pudo ser raíz
y es hoy astilla.

(Violeta Luna)

No recuerdo su última mirada.
Es hoy como luna de otoño
oculta entre las nubes,

sofocada su orla plateada
al igual que los sueños,
cuyas cenizas ha dispersado el viento,
calladamente,
sin excesos, ni rabia.

He arrancado de mi mente las sombras
junto con los deseos,
para alojar la calma,
y borrar uno a uno cada surco
que dejaron las lágrimas
que llevaban su nombre.

Uno a uno he recogido
los vidrios rotos de la esperanza,
y ahora yacen fríos, yertos,
entre tantos desechos,
sobre cualquier calzada.



VARIACIÓN SOBRE EL POEMA “CANCIÓN 19 HORAS”
DE LUIS GARCÍA MONTERO

También quisiera yo ser corazón de hielo.
Ser invierno.

Reunir mis escasas pertenencias,
y buscar una cueva propicia
donde hibernar los sentimientos,
lejos de los olvidos dolorosos.
Ser invierno.

En primavera la sangre fluye desordenada,
sin contención posible de las pasiones
y desemboca en huidizas aguas;
en corrientes convertidas en torbellino.

Hay ilusiones
con vocación de efímeras.
Pero yo quiero ser invierno.

Ser invierno, y no sentir
el azote del frío,
el rigor de la nieve en el alma
o la tristeza de los árboles desnudos.

Ser invierno, y desposeerme de fragancias,
de colores,
dormitar en los brazos
de algún sueño indulgente.

Es tiempo de abstracción.
Y yo quisiera ser invierno.