12 poemas para 12 meses

Esperamos que 2012 sea una vez más un año de poesía, y por ello Club de poetas pone a la venta su calendario, no sin felicitar el año a todo aquél que se deje caer por el club y al que no. Haceos con el vuestro en nuestro contacto de ventas donde aclararán todas vuestras dudas.

viernes, 21 de mayo de 2010

RETORNO AL HOGAR (POR MUAD)

El reloj de la ermita acababa de dar la media y ya no parecía tener ganas de dar mucho más de si.La gente de Elciego parecía estar sumergida en los encantos de la verbena y en otro tipo de encantos no menos encantadores.Y el más encantado de todos, una vez introspeccionado concienzudamente, y tras haber llegado a la amarga conclusión de que nada le funcionaba con más de un 5% de operabilidad,(cifra a todas luces optimista según comentarios captados a voleo), decidió emprender el más que problemático retorno al hogar cuya trayectoria pasaba forzosamente por delante de la chozna de AYFAM que,como toda persona sobria (¿queda alguna?) sabe está situada en una leve cuesta que arranca desde la misma plaza y se pierde en las alturas del Monjío.
De entrada hay que decir que para nuestro encantado personaje la leve cuesta resultaba una auténtica pared por razones que a nadie se le podían escapar.
Sólo Dios sabe cómo llegó a las estribaciones inferiores de la cuesta,y creo que ni Dios sabe cómo pudo conseguir aferrarse al extremo inferior del mostrador de la chozna que,la verdad,no estaba para trotes.Así que,bien apalancado a los bordes de dicho mostrador,y ante la atenta mirada de los chozneros,emprendió una travesía vacilante y en extremo onerosa,desplazándose cuando las fuerzas le venían y clavándose cuando le abandonaban.
Subiendo la puta cuesta,
subiendo y subiendo más,
ya está sobre la mitad,
ya la rebasa,ya llega....
Lo pudo cantar el poeta,aunque la cosa no dio más de si porque llegó un momento en que mostrador,lo que se dice mostrador,ya no había, y no se sabe si por el empuje de la inercia,por el de la gravedad o por ambos,el alpinista perdió cuerda,perdió pie y se perdió bruscamente mostrador abajo exactamente como si la tierra se lo hubiera tragado.
Los chozneros acudieron solícitos y prestos para ayudar a que el desplomado recuperase una verticalidad que ya no iba a recuperar en mucho tiempo.
El encontronazo con la realidad adoquinada pareció dar a nuestro personaje un hilo de lucidez que aprovechó para continuar hacia su casa.Si llegó o no sólo lo saben Dios y algún iluminado que pasaba por allí.