12 poemas para 12 meses

Esperamos que 2012 sea una vez más un año de poesía, y por ello Club de poetas pone a la venta su calendario, no sin felicitar el año a todo aquél que se deje caer por el club y al que no. Haceos con el vuestro en nuestro contacto de ventas donde aclararán todas vuestras dudas.

viernes, 21 de mayo de 2010

CLAUDIO RODRÍGUEZ


Poeta nacido en Zamora el 30 de enero de 1934. Estudió primaria en la escuela de Los Bolos y bachillerato en el Instituto Claudio Moyano. En 1952 se traslada a Madrid para cursar Filosofía y Letras en la Universidad Central. Se licenció en la sección de Filología Románica, en 1957. Aunque sus compañeros de instituto le recuerdan por su toque de balón como futbolista, en 1948 escribe sus primeras composiciones poéticas, y en 1949 en el diario El Correo de Zamora, publica su primer poema, Nana de la Virgen María. En 1951 empiezan a nacer los primeros versos de Don de la ebriedad, una obra que impresiona a Vicente Aleixandre, con el que luego Claudio Rodríguez mantendría una estrecha e íntima amistad. Hasta 1958 no publicará su siguiente libro de poemas, Conjuros, y entremedias conoce a Blas de Otero en 1954 (con el que frecuenta el Duero y las tabernas de la ciudad). Con la ayuda inicial de Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre viajó a Inglaterra. Allí fue lector de español, primero en Nottingham y luego en Cambridge. Estuvo entre 1958 y 1964, y allí escribió su tercer libro, Alianza y condena. En 1976 publicará su cuarto libro, El vuelo de la celebración, y en 1983 se edita Desde mis poemas, un libro recopilatorio de toda su obra y por el que recibe el Premio Nacional de Literatura. Dos años después en 1985, aparece Reflexiones sobre mi poesía, y en 1986 recibe el premio de las Letras de Castilla y León. En 1987 fue elegido miembro de número de la Real Academia Española de la Lengua para ocupar el sillón I, sustituyendo a Gerardo Diego. Fue nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad de Zamora (1989) y ya en 1991 publica su último libro de poemas, Casi una leyenda. El 28 de mayo de 1993 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Murió en Madrid el 22 de julio de 1999.

Don de la ebriedad (fragmento)

" Siempre la claridad viene del cielo;
es un don; no se halla entre las cosas
sino muy por encima, y las ocupa
haciendo de ello vida y labor propias.
Así amanece el día; así la noche
cierra el gran aposento de sus sombras.
Y esto es un don. ¿Quién hace menos creados
cada vez a los seres? ¿Qué alta bóveda
los contiene en su amor? ¡Si ya nos llega
y es pronto aún, ya llega a la redonda
a la manera de los vuelos tuyos
y se cierne, y se aleja y, aún remota,
nada hay tan claro como sus impulsos!
Oh, claridad sedienta de una forma,
de una materia para deslumbrarla
quemándose a sí misma al cumplir su obra.
Como yo, como todo lo que espera.
Si tú la luz te la has llevado toda,
¿cómo voy a esperar nada del alba?
Y, sin embargo -esto es un don-, mi boca
espera, y mi alma espera, y tú me esperas,
ebria persecución, claridad sola
mortal como el abrazo de las hoces,
pero abrazo hasta el fin que nunca afloja. "

(De el poder de la palabra- www.ePdLp.com)

DE TEXTOS UNIVERSITARIOS A SU DISCURSO EN LA RAE
La prosa de Claudio Rodríguez

EVA MARÍA GARCÍA
NOTICIAS RELACIONADAS

MADRID.- ’La otra palabra’ (Tusquets) recoge los textos en prosa escritos por el poeta Claudio Rodríguez. Aquéllos que conocen la extensión de la obra poética de este gran escritor no se extrañarán de la brevedad, también, de su producción en prosa. Una vez más el lector puede comprobar que Claudio destaca por su concisión y claridad. Fernando Yubero comienza su recopilación con dos trabajos que Claudio Rodríguez realizó en su época de estudiante de Filología Románica en la Universidad Complutense de Madrid.

Se trata de ’El elemento mágico en las canciones infantiles de corro castellanas’, su memoria de licenciatura, y ’Anotaciones sobre el ritmo de Rimbaud’. Ambas tienen muchos enlaces concretos con la poesía y la poética de este autor, por ejemplo, el tratamiento de elementos mágicos y la relación entre el ritmo de la poesía y el ritmo del caminar.

En la segunda y tercera parte de este libro se reúnen los textos que Claudio escribió sobre poetas que le interesaron y que influyeron en su modo de escribir. Se trata de Pedro Salinas, César Vallejo, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, Gabriel Miró, Miguel Hernández, Rafael Morales, José Hierro y Carlos Buosoño, poetas que, en varios casos son amigos personales del propio Claudio. En la tercera parte aparecen estudios sobre Milton, Leopardi, Rimbaud y Valéry.

(Ellibromundo.com)