12 poemas para 12 meses

Esperamos que 2012 sea una vez más un año de poesía, y por ello Club de poetas pone a la venta su calendario, no sin felicitar el año a todo aquél que se deje caer por el club y al que no. Haceos con el vuestro en nuestro contacto de ventas donde aclararán todas vuestras dudas.

jueves, 20 de mayo de 2010

FREEDOM21


Historia De Un Amor Sufrido

Ven, siéntate a mi lado,
acomódate en cualquier rincón:
te contaré el relato ansiado,
mientras escuchas con atención.

Érase que se era,
una niña como otra cualquiera.
De edad corta...
¿y eso que importa?
¿Acaso atiende el corazón
a lo que nos dice la razón?

Una noche se perdió
entre la oscuridad.
Pero en tus ojos encontró,
la esperanza y la felicidad.

Lo arrebataste en un momento
sin importarte siquiera,
¡le arrancaste aquel sentimiento
de cualquier manera!

Ella se quedó hundida,
perdida en la melancolía.

Ahora has vuelto,
pero no sirve de nada.
Aquella sensación ha muerto,
ya no está enamorada.

El amor murió con ella,
el día que te marchaste;
cuando en su alma hiciste mella,
cuando sin importarte la rechazaste.

Atiende, ahora te cuento
lo más importante;
no, no me lo invento...
¡Imaginé que éramos amantes!

Ya ves, aquí acaba el relato
de tú, el chico ansiado
de mi amor, sin piedad rechazado.

Vete, ya no me importa no verte,
si tus fotos he destrozado;
¡Vete! ¡Que me da igual perderte!
¡Si todo se ha acabado!

Freedom 1994

AMIGOS VIRTUALES
(a #club_de_poetas)

Hoy te veo triste, ¿qué problema hay?
Como regalo bastan las palabras,
hechas a mano como versos vivos,
muy pensadas como cuentos de hadas,
tan presentes como vida en vida.
Son ellas mis leyes, tan mágicas, tan mías,
ante las cuales con respeto, por respeto,
doy las gracias
a la ciencia, que, ignorante, nos regala
los amigos tan amigos, más leales que virtuales,
conectados a la red de la ternura ilimitada,
a este abrigo de retazos cibernéticos
que tejemos día a día, tecleando
letra a letra, byte a byte, nuestro abrazo,
tan real como fraterno
tan virtual como sincero.

Freedom 2002

Voy a escribir como si no escribiera.
Tendrá así mi canción, el vago acento,
- seguido de callado sufrimiento -
de un pájaro con alas de madera
y, a adivinar no llegareis siquiera,
una mínima parte del tormento.

Enronquecida ya; ya sin aliento,
escribiré como si no sintiera;
como si todo fuera ajeno o todo
formara parte de un ayer ya muerto;
como si, al otro lado del desierto,
superado ya el último recodo
de la vida, feliz, no conociera,
que las sombras, al fin,
me han descubierto.

AUSENCIA

Tengo lo necesario
para escribir un libro de tristeza.
Una pluma de pájaro;
un tintero de ausencia;
todas las hojas pálidas, caídas
sobre mi sombra quieta,
mil besos disecados, tirando de las venas;
un camino a la luna - blanca virgen, desnuda -
y unos pies, desgraciados, que no saben
caminar sin estrella.
Tengo un silencio de guitarra muerta;
un reloj detenido
en la precisa hora de tu falta
y un cuerpo que me sobra,
cerrada ya la puerta a tu presencia.
Tengo una canción vaga recorriéndome el alma,
y unos labios desiertos
que no la saben evocar siquiera.
Tengo hormigas de luna
tan hondas en las entrañas,
que es mi noche vigilia, tras tu sombra
y mi día, cansancio de caminos sin alba.
Tengo lo necesario
para llorar,
pero no tengo lágrimas.

ESA NOCHE

La noche enturbiaba mis cristales,
me dejaba exhausta, sin brillo.
Y esa noche succionó despiadada
todos los caudales de mis ríos.
Me fui caminando sin rumbo
sin saber a ciencia cierta el punto fijo
y de pronto una luz brilló a lo lejos
y a ella me adherí; a su cobijo.
Tú surgiste de esa noche,
de esa misma que mordía mis sentidos
y en ella se empapó de sangre nueva
el lento caminar de mis latidos.
Juntos fuimos dos caballos galopando
que encontraron al unísono el camino.
Tú con tu sonrisa transparente,
yo con mi silencio dando gritos.
Hoy por fin hallamos el tesoro.
Ya no arañaremos más caminos.
Tú serás el verbo y yo la calma.
Y recordaré aquella amistad que nació contigo.

XXXIV

Mi poema mejor nació en tus ojos,
desnudo de palabras.
Me pareció que, lejos,
latía una campana.

Mi más largo poema,
es este otoño de tu ausencia,
que me arrastra, nocturno vagabundo,
a andar detrás de ti, cogiendo estrellas.
Mi corazón y el tuyo, versos solos,
padecen de atonía
sin la rima y el ritmo de los besos.

El poema más breve,
- silencio y grito,
acorde y sinfonía-
lo escribiremos juntos
sobre el azul del firmamento